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Acabo de ver la pelea de
box donde Jonathan Maicelo perdió por Knock
out frente al ruso Rustam Nugaev en Los
Ángeles, y la verdad, es la
primera vez que veo que un árbitro prácticamente se echa encima sobre un
boxeador para no dejar que se reincorpore. Hablo no sólo como aficionado al
boxeo, que como todos, ha visto peleas mucho más duras que ésta, sino también
como un practicante de deportes de contacto que en alguna pelea llegó a ser
arrojado al suelo ( al igual que mi contrincante, por si acaso ) y por lo cual,
nosotros sabemos que la pelea más adversa puede ser revertida, siempre que no
haya demolición, y en esta realmente no la hubo. Por el contrario, en la
narración, se apreciaba cierta paridad hasta que llegó el recto corto que
sorprendió al boxeador Maicelo y que originó su caída casi en posición de cúbito
dorsal, que él cambió a ventral, para recuperarse y disponer a levantarse. En
realidad el arbitro debió permitir que el boxeador se ponga de pie y realizar
la evaluación correspondiente sobre el verdadero estado de Maicelo y, recién,
tomar la decisión.
Las reacciones están
comenzando a darse, aunque predominan las de los simples comentaristas que
tienen un espacio en tv y que han llegado a sostener que el árbitro puede
detener la pelea cuando lo considere conveniente. Estas opiniones al paso, de
prosperar, sólo terminarán con desaparecer los análisis especializados que este
tipo de deportes requiere y disimular la crisis del box internacional por la
corrupción en los últimos años.
Asimismo, es lamentable,
e inexplicable, la burlas que desde un programa televisivo nocturno del Perú, se
realizó sobre el descenlace de esta pelea de box, originando todo un efecto
“bola de nieve” en las redes sociales y twitter , principalmente en Lima y
Callao, sobre este joven y pundonoroso deportista peruano, casado y con hijos,
que no sólo ha sabido mantener una disciplina, mostrar su sensibilidad social
cuando estos mismos medios lo han invitado, sino también no ha ocultado sus
humildes orígenes como “hijo de los barracones del Callao”.
Hay, sin embargo, algunos
asuntos que Maicelo debe replantear en principio el elegir un entrenador con
una mejor lectura de peleas en el ring. Todavía resulta inexplicable que su
esquina le haya exigido utilizar los jabs cuando, el problema eran los rectos
del ruso y la guardia baja del boxeador peruano. En todo caso, debe buscar un
entrenador con una mayor capacidad comunicativa boxística.
Finalmente, el boxeador
peruano Jonathan Maicelo debe evaluar su problema de empatía con algunos medios periodísticos y la
gente, que a él mismo le debe haber desconcertado. Por lo demás, es siempre un
buen consejo ser discreto y ponderado respecto a nuestras metas particulares y
con relación a nuestros contrincantes.
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